Desde que “la Richmond” abrió se convirtió en el punto de encuentro de intelectuales de la ciudad y de los que la visitaban. Por sus mesas pasaron Horacio Quiroga, Jorge Luis Borges, Eva Méndez, Samuel Glusberg, Ricardo Güiraldes, Leopoldo Marechal, Conrado Nalé Roxlo, Eduardo Mallea y Baldomero Fernández Moreno, entre otros.
El edificio fue construido por el arquitecto belga Julio Dormal, que estuvo a cargo de la última etapa en la edificación del Teatro Colón. En una superficie de 1500 m2 distribuidos en dos plantas, su ambientación respeta el estilo inglés. Sillas y sillones Chesterfield tapizados en cuero, revestimientos en boisserie de roble de eslavonia y arañas holandesas de bronce y opalina crean un ambiente singular en medio de esta agitada calle porteña.
La aristocracia literaria, liderada por Borges, Girando y Marechal, que en aquellos años se los conocía como los “martinfierristas” aunque ellos nunca se denominaban así, conformaban el grupo de Florida, en oposición a los escritores, entre los que estaban Barletta, Yunque y César Tiempo, que se reunían en el bar de la esquina de San Juan y Boedo, un barrio más pobre. Estos dos grupos tenían distintas preocupaciones estéticas, ideológicas y culturales, que se manifestaban también en la elección del lugar de encuentro.
Los primeros adherían al “arte por el arte” y los segundos al “arte como compromiso social”. Borges desechaba la polémica y decía que había un solo grupo: el floredo. El subsuelo de la Richmond también es un pasaje a otros tiempos: muchas mesas de billar y de ajedrez y grandes maestros que juegan a toda hora.
Fuente: viajarhoy.com.ar
Ver mapa más grande
No hay comentarios:
Publicar un comentario