El Mercado San Telmo es un gran mercado bajo techo que se encuentra en el barrio de San Telmo de la ciudad de Buenos Aires, Argentina. Aunque conserva antiguos comercios de venta de verduras y carnes, en la actualidad es un lugar turístico y abundan los anticuarios.
El edificio fue proyectado por el ingeniero arquitecto Juan Antonio Buschiazzo para el emprendedor Antonio Devoto, y su cuerpo central, con entrada por la esquina de las calles Bolívar y Carlos Calvo, data de 1897. En 1930 se le agregaron dos brazos con salidas por las calles Defensa y Estados Unidos.
Buenos Aires estrenó con él su primer Mercado Particular. Ubicado entre las calles Defensa, Bolívar, Estados Unidos y Carlos Calvo, ocupa un cuarto de manzana. La estructura es metálica y está conformada por arcos, vigas y columnas compuestas que permiten cubrirlo. La cubierta es de chapa ondulada.
La fachada es de estilo italianizante, con arcos de medio punto y orden toscano que alojan locales con acceso particular directo desde la vereda, en su mayoría bares.
En su interior, los locales de venta de pescado, carne vacuna, pollo, cerdo; de verduras y frutas se concentran en el cuerpo principal de planta rectangular hacia la calle Bolívar. Los anticuarios se concentran en las dos prolongaciones en formato de pasillo que llevan a las calles Defensa y Estados Unidos. Mientras la primera se encuentra elevada y se conecta con el cuerpo central mediante una rampa y escalera, la otra es más ancha y posee una dársena central elevada y espacio para que ingresen vehículos (sin ese uso en la actualidad).
Sus locales fueron poblados por el crisol de razas que, en el cruce entre el pasado y este "siglo XX problemático y febril", vinieron a nuestra patria: turcos, gallegos, italianos. Aun hoy en día sus fantasmas, como duendes protectores, deambulan bajo sus tinglados.
Entre ellos perdura el recuerdo de la familia Amitrano, vendedores de aves y huevos, por tres generaciones, de la familia Mutti, famosa por la elaboración de embutidos, proveedora de barcos durante la 2º Guerra o del almacén Don Manolo, el más surtido de San Telmo, que tenía como clientes, entre otros, a actrices como Elina Colmer; a Haroldo Conti; al gran maestro de nuestras artes plásticas Lino Enea Spilimbergo; a la también gran pintora Raquel Forner; a los artistas Federico Luppi, Norman Brisky, Hugo Aran; Caloi; al ex presidente ecuatoriano Velazco Ibarra; al inolvidable presidente vitalicio de San Telmo Osvaldo Baletto; al creador de la bandera de la República de Angola Sebastián Coelho, y a muchos más. En fin, sería interminable la lista de personajes que a lo largo de un siglo pisaron el gastado suelo del viejo mercado.
De esta manera, los antiguos puestos "del barrio" que se conservan de varias décadas conviven con los anticuarios, más recientes y relacionados como el boom turístico de San Telmo.
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