Buenos Aires posee un patrimonio arquitectónico desconcertante y sugestivo. Las múltiples fuentes de inspiración y la tendencia local a la reelaboración consolidaron en los dos últimos siglos una herencia artística vasta y ecléctica. Este blog pretende mostrar a través de fotografías algunos de esos detalles que suelen escaparse a quien camina sin mirar por donde pasa.

jueves, 16 de diciembre de 2010

Monumento a Leandro Nicéforo Alem


En una pequeña plazoleta, en Av. Leandro N. Além y Maipú, podemos ver el monumento a Leandro N. Alem. Fue realizado por el escultor argentino Pedro Zonza Briano. La base es de granito y las figuras del grupo estan resueltas en bronce. La estatua principal representa al político argentino, abogado, que participó voluntariamente en la Guerra del Paraguay, fundador del Partido Radical- que avanza con gesto vigoroso, alentando a sus correligionarios. Lo acompañan dos grupos que se funden en la base, que representan a la juventud radical y al pueblo argentino.

La génesis del partido radical sólo puede entenderse en torno a la figura de Leandro Alem, su inspirador y fundador.

Leandro Nicéforo Alem nació en Buenos Aires en 1844 y muy joven aun en 1865, abandonó sus estudios de derecho para marchar como voluntario a la sangrienta guerra que la Argentina estaba librando contra el gobierno paraguayo de Francisco Solano López.

De regreso del conflicto, Alem se reincorporó a sus estudios, graduándose y dedicándose al mismo tiempo a la política, que fue la absorbente pasión de su vida. Demócrata y antiautoritario, en 1868 se unió al Partido Autonomista de Adolfo Alsina, donde pronto se destacó por sus dotes, oratorias y el espíritu incisivo que mostraba en los debates públicos de la época. Elegido diputado provincial, no tardó en ocupar escaños de diputado y senador en el Congreso Nacional argentino.

Después de pasar unos años alejado de la política, organizó en 1890 un levantamiento armado contra el entonces presidente Miguel Juárez Celman, que se vio obligado a abandonar el poder. Fue entonces cuando Alem promovió la fundación de la Unión Cívica Radical, partido muy importante en la posterior evolución política del país.

Desde aquel momento, Alem fue considerado con propiedad como un verdadero tribuno del pueblo. Ante el estado de corrupción reinante, en 1893 inició una nueva insurrección, en la que fracasó. Decepcionado por el alejamiento de muchos de sus partidarios, se suicidó en Buenos Aires en 1890, en un gesto que conmovió al país.
Fuente: buenosaires-reinadelplata.blogspot.com

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