Buenos Aires posee un patrimonio arquitectónico desconcertante y sugestivo. Las múltiples fuentes de inspiración y la tendencia local a la reelaboración consolidaron en los dos últimos siglos una herencia artística vasta y ecléctica. Este blog pretende mostrar a través de fotografías algunos de esos detalles que suelen escaparse a quien camina sin mirar por donde pasa.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Farmacia de la Estrella


Farmacia de la Estrella, empresa fundada en el año 1834.
El Dr. Bernardino Rivadavia, quien por entonces estaba preocupado porque Buenos Aires contara con una botica, que fuera líder en Sudamérica, busca convencer al Dr. Pablo Ferrari Bioquímico y Botánico famosisimo en Europa, quien se entusiasma con la propuesta y a su vez, fue el encargado de organizar el museo de Historia Natural instalado a posteriori en el Convento de Santo Domingo.
Hacia el año 1838 transfirió la farmacia al barón Don Silvestre Dernarchi, suizo, primer Cónsul Italiano en la Argentina, que, junto con la farmacia instalo una droguería que por su trascendencia fue la mayor de América del Sur.
A su muerte le suceden sus hijos Antonio, Marcos y Demetrio (yerno del Gral. Roca), quienes asociados al conocido bioquímico Dr. Domingo Parodi, construyen el edificio que ocupa en la actualidad, inaugurado en 1885, en la esquina de Alsina y Defensa, que decía un número de Caras y Caretas: "Nada se ha economizado a fin de reunir todas las comodidades modernas, sin reparar en gastos", haciendo referencia a las estanterías de nogal de Italia, cristales de Murano, mármoles de Carrara, pisos de mayólicas venecianas, marquesinas de hierro foriado, cielorrasos ilustrados, frescos pintados por el artesano Carlos Barberis alegóricos a "la salud ", "la enfermedad", "la farmacopea" y las telas de la química y "la botánica" (cuyas modelos fueron las hijas de Facundo Quiroga"el tigre de los llanos" y del Gral. Roca), para que duraran hasta el presente.
El local, por su importancia, no dejo de ser mencionado en ningún medio gráfico. Supo ganar fama también por comercializar exitosos productos como: píldoras para la tos Parodi, el jarabe Manetti para la indigestión, la limonada Roge y el tónico esperidina, luego se expandieron en otras importantes empresas como Bagley, Algodón Estrella y Laboratorios Medicinales Craveri.
Sus salones albergaron tertulias de Bme. Mitre, Roca, Carlos Pellegrini, Hipolito Irigoyen y otros, algo tan acostumbrado en aquellos tiempos, que no dejaban de ser comentarios del escenario político de entonces.
En la actualidad la farmacia es Sede del Museo de la Ciudad, Sede del Museo de Farmacia de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires, mencionada con plaqueta de honor en el día Nacional del Comercio por la Coordinadora de Actividades Mercantiles Empresariales.
Prestando servicios en sus especialidades de laboratorio Homeopático y Alopático de recetas magistrales de reconocida trayectoria, completísima herboristería, accesorios, perfumería, descartables, específicos.

Fuente: buenosairesantiguo.com.ar

Fotografía obtenida con una cámara Canon G11

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