miércoles, 19 de enero de 2011

Palacio Rams :: Club del Plata



En la esquina de la actual calle Hipólito Yrigoyen, antigua Victoria, en la esquina con Chacabuco, se levanta aún hoy el palacio de don Estebam Rams. Se trata de una obra monumental de Taylor, donde funcionó por varios años el Club del Plata, competidor del Club del Progreso. La fecha de construcción no figura en el Catastro de Pedro Beare lo que hace suponer que es de las últimas obras de Taylor alrededor de 1865.

El palacio era sin duda lujoso en el exterior, ornamentado, y era una arquitectura acorde a su tiempo, de un siglo XIX casi tardío, del afrancesamiento que dejaba atrás y un presagio de las tradiciones inglesas e italianas, mucho más sobrias. Ésta era una sociedad que crecía en poder económico, y que lo expresaba en sus grandes obras.

El Palacio Rams tiene una lógica forma de un enorme volumen cúbico con dos patios centrales y dos fachadas hacia sendas calles. Éstas estaban compuestas por un basamento ya imposible de reconocer, dos pisos unidos por enormes pilastras decoradas y la habitual gran cornisa que remataba el conjunto. Se podía catalogar como un edificio tipo renancentista, las pilastras corintias tenían su fuste trabajado y paralelo a ellas, habían dos líneas de almohadillados; las ventanas tenían un óculo abajo y una curva arriba con detalles similares al Palacio Muñóz, obra del mismo arquitecto. La otra gran cornisa, que separaba el basamento de los pisos altos, desapareció con la modernidad, hoy sólo queda como un muñón al aire libre sin sus ménsulas originales ni su decoración.

Más allá de las similitudes con el Palacio Muñoz, en el Palacio Rams había una sobrecarga ornamental. Taylor se modernizaba en la búsqueda del lujo y el gasto innecesario, pero socialmente válido para un español comerciante de Santa Fe, quien había ganado grandes sumas de dinero por su intervención en la política y las obras públicas.

Don Esteban Rams fue un comerciante y financista catalán que se instaló en Paraná, más tarde en Santa Fe y luego en Buenos Aires. Durante el gobierno de Urquiza ganó cifras enormes gracias a la venta de provisiones y armas. Emprendió aventuras tan dispares como la apertura del comercio en Santiago del Estero y Tucumán desde el litoral, y publicó un libro donde relata sus hazañas navegando el Bermejo, incluso remontando el Río Salado. Impulsó el tendido de líneas férreas, tuvo privilegios en las importaciones por la aduana y dio empréstitos al Estado tras la caída de Rosas, especulando con la compra y venta de bonos. Realizó una fuerte acción comunitaria y fue uno de los fundadores de la Sala Española de Comercio y Asilo en 1842, que luego se transformaría en el Hospital Español. Abrió sucursales por todo el país y en una década generó una enorme fortuna que le permitió construir su propio edificio.

Fuente: "Haciendo un mundo moderno", escrito por Daniel Schávelzon

No hay comentarios:

Publicar un comentario