martes, 18 de enero de 2011

Iglesia Nuestra Señora de Belen :: Parroquia de San Pedro Telmo







En el Barrio de San Telmo o los Altos de San Pedro, dentro del Casco Histórico de Buenos Aires, se halla una de las Iglesias más antiguas de la ciudad: San Pedro González Telmo, parroquia desde 1806.

El Santo fue un fraile dominico, que vivió en España en el Siglo XIII. Predicó a navegantes y pescadores de Galicia y Portugal. En la época colonial, muchos habitantes de Buenos Aires, hombres de mar, lo veneraban.

La Iglesia comenzó a edificarse en 1734 y su fachada tuvo varias refacciones, en los casi 270 años de su historia. Intervinieron en su construcción, varios religiosos jesuitas arquitectos: los Hermanos Andrés Blanqui, Juan B. Primoli y José Schdmidt, al final el maestro italiano Antonio Masella.

ATRIO Y FACHADA

El atrio fue embaldosado en 1899 y se accede desde Humberto I por escaleras de mármol. En sus muros se ven numerosas placas conmemorativas que nos revelan la grandeza de su historia. Antes del ingreso al templo se ve un lápida de mármol blanco, que marca la tumba del 4º Párroco, P.J.A. Martínez, fallecido durante la epidemia de cólera de 1858. La Fachada actual fue restaurada entre 1916 y 1931, por el arquitecto Pelayo Sainz: es de tipo ecléctico, neo colonial barroco.

El frente presenta dos imponentes torres, divididas en tres secciones. Las inferiores son de forma cúbica y fueron construidas en 1734, y las dos superiores, octogonales, son de 1852. Llegan a 40 metros de alto. Tienen influencia andaluza, adornadas con azulejos blancos y estucos propios del arte plateresco. En su interior se hallan las tres campanas. Entre las dos torres se alza una imagen de San Pedro González Telmo, con los símbolos de su intercesión: una nave en la mano izquierda y una vela en la derecha.

TEMPLO

El templo, que impacta por su magnificencia y calidez, tiene una planta de cruz latina, cúpula coronando el crucero y capillas en las naves laterales. Comenzado a construir en octubre de 1734. La nave central tiene bóveda de medio punto con arcos apoyados en gruesos pilares. Mide 44,20 x 9,45 metros.

En 1767, año de la expulsión de los jesuitas, faltaba concluir las torres y la cúpula. La liturgia se celebraba en la nave de la izquierda o de San José. Antes del crucero encontramos dos obras artísticas, de distintas épocas: el púlpito y el comulgatorio. El primero fue mandado a construir para San Telmo, por Manuel Belgrano, en 1805, obra del artista español Manuel G. Hernández es de forma octogonal y en sus paredes figuran las imágenes de los evangelistas y el escudo betlemita. En el techo, una paloma simboliza el Espíritu Santo. Remata en un ángel, obra de las Misiones Jesuíticas, todo de madera tallada y pintada con láminas de oro y esmalte.

Antes del presbiterio se halla el gran comulgatorio de mármol de carrara, colocado a fines del S. XIX. La cúpula fue concluida en 1858. Tiene 38,40 m de altura, con cuatro ventanas y linterna. Llegando al presbiterio admiramos el retablo, con el antiguo altar mayor adosado. Lo construyó el tallista José Merlang, en 1833 con la ayuda del Gobernador Don Juan Manuel de Rosas.

La imagen de la Santísima Trinidad corona el retablo. Debajo un óleo de la Sagrada Familia. Debajo hay tres hornacinas separadas por ocho columnas corintias. A la izquierda la imagen de San Telmo y a la derecha la de San Juan de Dios; en el centro la imagen de Nuestra Señora de Belén, del artista veneciano Carlos Preboran, de 3 m de altura, en madera policromada, entronizada el 15 de Agosto de l903.

La parte inferior del retablo, está adornada con bajorrelieves dorados a la hoja, representando motivos marinos: significando el patrocinio de San Telmo sobre los hombres del mar. En el baldaquino, una cruz de estilo portugués, S. XVIII. Flaquean el altar mayor dos imágenes de las Misiones Jesuíticas: a la izquierda San Agustín y a la derecha San Nicolás.

En el centro del presbiterio se halla el altar fijo y la sede del celebrante. En ambas naves laterales hay nueve altares de distintas épocas. A la izquierda el altar de la reserva del Santísimo Sacramento, con una imagen española de San José con el niño Jesús dormido en sus brazos. Siguen los altares del Gólgota, Santa Ana y Nuestra Señora del Carmen. En el primero se encuentra la graciosa imagen de Nuestra Señora de los Remedios, talla de vestir con cabello natural, de los Padres Betlemitas.

En el ala de la derecha se hallan los siguientes altares: San Rafael, imagen esculpida en París, donada por el Sr. Rafael Elizalde, en cumplimiento de un voto. Debajo en pequeña hornacina Nuestra Señora de Luján (réplica exacta). Luego el del Sagrado Corazón, el último en construirse, con columnas salomónicas. Sigue el Altar de San Telmo. Imagen de vestir traída de España. Lo flanquean cuatro banderas. A la izquierda Argentina y San Telmo, a la derecha España y Galicia. Siguen los altares de Nuestra Señora de la Merced y San Roque.

Hay además otras imágenes de importancia artística. El Cristo de la Agonía, el Nazareno y una Piedad, de gran expresión. Al salir por la puerta central, a la derecha, se halla la Capilla de la Fundación, donde se encuentra el primitivo cuadro de Nuestra Señora de Belén, que trajo el donante, Don Ignacio Bustillo y Ceballos en 1734, copia auténtica del que se veneraba en el antiguo Hospital Antón Martín, de Madrid. Merece mención la diminuta imagen de vestir de singular riqueza de Nuestra Señora de la Esperanza, traída de España.

CORO Y ORGANO

Se ingresa al coro por una angosta escalera, abierta en el muro de la nave izquierda del templo. Antes de llegar al coro se encuentra una escalera que conduce al campanario, adornada con los únicos azulejos tipo Talavera de la Reina, que se pudieron rescatar enteros de las torres. El Coro posee un espléndido órgano tubular sinfónico, de origen italiano, de la casa Locatelli de Bérgamo, que cuenta con 2800 tubos. De timbre brillante y sonoro, es conocido por organistas nacionales y extranjeros, para brindar conciertos de música religiosa.

LA SACRISTIA

Terminada de construir en 1734, aún conserva las puertas, el ventanal superior y los muros originales. Sus medidas son 15 m. X 11 m y termina con una magnífica cúpula con linterna, que llega a 20 m, de la cual pende una araña de 1901. Guarda obras artísticas e históricas de importancia. En primer lugar la colección de las Sibilas: doce óleos del S. XVIII, única en Argentina, representa doce mujeres adivinas. Las figuras que tienen estilo europea y cuzqueño, muestran en un óvalo, escenas de la vida de Cristo y de su Santa Madre, por lo que se las llama Sibilas Cristianas. Llevan los nombres en lengua latina, de la mitología antigua: Elespóntica, Eritrea, Cumana, etc. No se conoce la procedencia de esta colección.

Se encuentra una mesa de mármol blanco, que perteneció al Hospital del Protomedicato; se usó para intervenciones quirúrgicas y durante los invasiones inglesas. Asimismo en las epidemias de cólera y fiebre amarilla del S. XIX. El mueble retablo que abarca la pared oeste, es de caoba; tallado a mano. Enfrente se halla la imagen de Nuestra Señora del Sufragio, talla de madera, de Génova. Hay vitrinas con valiosas imágenes y armarios con ornamentos antiguos de brocato francés.

IGLESIA PARROQUIAL DE SAN PEDRO TELMO

Fue construida gracias a la donación realizada en 1733 por don Ignacio Zevallos Bustillo, destinada a una casa de la Compañía de Jesús para dar auxilio espiritual a los pobladores del Alto de San Pedro, adonde se llegaba cruzando el Arroyo Tercero del Sur, límite virtual entre la ciudad y el arrabal. Las obras se iniciaron en 1735, según planos del jesuita Andrés Blanqui, y fueron dirigidas sucesivamente por los jesuitas Juan Bautista Prímoli y José Schmidt, y por el arquitecto italiano Antonio Masella. La iglesia, denominada Nuestra Señora de Belén, es parte de un conjunto que integraban, además, el Colegio o Residencia y la Casa de Ejercicios Espirituales.

En 1767, expulsados los jesuitas, pasó a depender de los Padres Bethlemitas. El 15 de diciembre de 1813, la Iglesia de Nuestra Señora de Belén se convirtió en sede de la Parroquia de San Pedro Telmo. Precedida por un atrio cercado por rejas de hierro forjado, tiene planta en cruz latina con tres naves, la central cubierta por una bóveda de cañón corrido, y las laterales por bóvedas de crucería.

En el transepto se eleva, sobre tambor octogonal, una cúpula de construcción tardía (entre 1857 y 1876), obra de José Della Valle. La sencillez de la cúpula contrasta con la complejidad de las torres-campanario de tres cuerpos, uno de base cuadrangular y los otros de base octogonal. En una intervención que desvirtuó los rasgos coloniales, que el interior del templo aún conserva, la fachada fue transformada íntegramente por Pelayo Sanz (1931), de acuerdo con un diseño neocolonial.

El interior, de líneas muy sencillas, guarda valiosos altares y pinturas de la escuela cuzqueña. Entre ellas, se destaca la serie de Las Sibilas, ubicadas en la sacristía.

Fuente: www.fnartes.org.ar




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